ecología profunda


En 1973, el filósofo y montañista noruego Profesor Arne Naess introdujo el término "movimiento de ecología profunda" en la literatura sobre medio ambiente.

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El ambientalismo surgió como un movimiento político popular de base en la década del 60 con la publicación del libro Primavera Silenciosa de Rachel Carson. A las personas que ya estaban involucradas en esfuerzos en pro de la conservación-preservación, se les unieron muchas otras, preocupadas por el impacto ambiental perjudicial de la tecnología industrial moderna. Entre los elementos más antiguos y de más largo alcance del movimiento se incluían escritores y activistas como Thoreau y Muir, mientras que los que recién se sensibilizaban con el tema se hallaban más cerca de la filosofía de la utilización sabia preconizada por gente como Gifford Pinchot.

La presentación escrita de Naess había sido precedida por una charla que dio en Bucarest el año 1972 en la Tercera Conferencia Mundial sobre la Investigación Futura. En esta charla, Naess analizó los antecedentes de más largo alcance del movimiento ecológico y su conexión con una ética respetuosa de la naturaleza y del valor inherente de otros seres. Como montañista que había escalado en todos los rincones del mundo, Naess gozaba con la oportunidad que tenía de observar acciones políticas y sociales en distintas culturas. Tanto en términos históricos como en el movimiento contemporáneo, Naess percibía dos formas diferentes de ambientalismo, que no eran incompatibles entre sí. Denominó a una de ellas "movimiento de ecología profunda de largo alcance" y a la otra "movimiento de ecología superficial". La palabra "profunda" se refería en parte al nivel de cuestionamiento de nuestros propósitos y valores, al participar en discusiones sobre conflictos ambientalistas. El movimiento "profundo" implica un cuestionamiento profundo, hasta llegar a la esencia de las cosas. El superficial se detiene antes de ese nivel fundamental.

Naess tuvo muchas experiencias de primera mano en los movimientos mundiales de paz y justicia social, y fue un comprometido practicante de la vía de no violencia enseñada por Gandhi. También fue un filósofo de las ciencias y de la lógica y había realizado novedosos trabajos sobre lenguaje y comunicación. Estaba en condiciones de poder identificar los principales rasgos de los emergentes movimientos de base ambientalistas, que eran apoyados por los activistas sociales de todas partes del espectro político.

Tanto en su charla como en el trabajo publicado basado en ella, Naess explicaba, a grandes rasgos, la diferencia entre los movimientos de ecología profunda y el de ecología superficial. El planteaba que los aspectos distintivos del movimiento de ecología profunda era el reconocimiento del valor inherente de todos los demás seres vivientes y la aplicación de este punto de vista en la elaboración de políticas ambientalistas. La motivación de los que laboran por cambios sociales basados en este reconocimiento radica en su amor, tanto a la naturaleza como a los seres humanos, vale decir, el amor interviene en todos nuestros afanes. Reconocen que en la industrialización no podemos seguir con los negocios como de costumbre. Hay que introducir cambios fundamentales en sus valores básicos y en sus prácticas o destruiremos la diversidad y la belleza del mundo y la capacidad de éste de sustentar culturas humanas diversas.

En 1972 no fue mucha la gente que se percató que lo postulado por Naess era un movimiento de base y no su personal y fundamental filosofía. Desde entonces, ha planteado una serie de principios que conforman su plataforma a fin de clarificar el problema. Los movimientos políticos de base a menudo reúnen a personas con creencias y antecedentes fundamentales diversos. Con el fin de postular los objetivos compartidos del movimiento se plantea a menudo una plataforma. La plataforma presenta los principios más generales que unen al grupo en términos de proyectos y metas compartidas.

Naess junto a otras personas han propuesto un set de ocho principios para caracterizar al movimiento de ecología profunda como parte del movimiento ecológico general. Estos principios pueden ser respaldados por gente de las más diversas experiencias y que comparten una misma preocupación por el planeta, sus muchos seres y comunidades ecológicas. En muchas naciones occidentales quienes apoyan los principios de la plataforma mencionados más abajo, tienen diferentes antecedentes religiosos y filosóficos, y sus afiliaciones políticas difieren considerablemente. Lo que los une es una visión a largo plazo de lo que es necesario para proteger la integridad de las comunidades ecológicas de la tierra y los valores ecocéntricos. Quienes apoyan los principios tienen una diversidad de creencias fundamentales. Al hablar aquí de "creencias fundamentales" nos referimos a sus propias metafísicas y religiosidad, tierra fértil para sus valores, actividades y apoyo al movimiento de ecología profunda. Las diferentes culturas y personas tienen diferentes mitologías e historias. Sin embargo, pueden apoyar la plataforma y trabajar en pro de soluciones para la crisis ambiental. Están apareciendo gran diversidad de prácticas, pero el traslape es considerable, como puede observarse en cientos de conflictos ambientalistas en cualquier lugar del mundo.

Quienes apoyan los principios de la plataforma mencionada más abajo, vienen de todos los lados, y de una gran variedad de culturas y religiones. Debido a que viven en diferentes lugares, el curso de las acciones prácticas que se llevan a cabo de acuerdo al compromiso con la plataforma, también es variado. Aquí van los principios de la plataforma propuestos del movimiento de ecología profunda, según lo formulado originalmente por Naess y George Sessions:





Los principios de plataforma del movimiento de ecología profunda




1. El bienestar y florecimiento de la Vida humana y no humana en la Tierra tiene valor en sí misma (sinónimo: valor intrínseco, valor inherente). Estos valores son independientes de la utilidad que tengan el mundo no-humano para los propósitos de los humanos.

2. La riqueza y diversidad de las formas humanas contribuyen a la realización de estos valores y también son valores en sí mismos.

3. Los humanos no tienen derecho a reducir la riqueza y diversidad, excepto en caso de satisfacer necesidades humanas vitales.

4. El florecimiento de la vida humana y de las culturas es compatible con una disminución sustancial de la población humana. El florecimiento de la vida no-humana requiere tal disminución.

5. La interferencia humana actual con el mundo no-humano es excesiva, y esta situación está empeorando rápidamente.

6. Por lo tanto las políticas tienen que cambiar. Estas políticas afectan la economía básica, y las estructuras tecnológicas e ideológicas. El resultado será profundamente diferente a lo que sucede en el presente.

7. El cambio ideológico se refiere más bien a una apreciación de la calidad de vida (relacionado con situaciones de valores inherentes) más que con la adhesión a un estándar de vida cada vez más superior. Existirá una gran conciencia sobre la diferencia entre grande y gran.

8. Quienes suscriben los puntos precedentes tienen la obligación de tratar de implementar, directa o indirectamente, los cambios necesarios.

(Citado de Deep Ecology de Bill Deval y George Sessions, Gibb Smith, Salt Lake City, 1985, p. 70)).

Naess y otros, llaman a quienes respaldan estos ocho principios, los sostenedores del movimiento de ecología profunda. Como lo mencionábamos, Naess hace hincapié en que quienes respaldan estos principios lo pueden hacer desde los más variados puntos de vistas fundamentales. Así como los pájaros construyen distintos tipos de nidos en diferentes habitats, así también las culturas humanas que crecen en sitios ecológicos respetando sus valores inherentes, desarrollan diversas formas de prácticas, tecnologías y orden social.

A veces las personas confunden "el movimiento de ecología profunda" como ha sido definido más arriba, con los propios principios fundamentales de filosofía ecocéntrica de Naess, o ecosofía (camino para realizar la sabiduría y la armonía ecológicas). Arne Naess, denomina su propia visión totalizadora Ecosofía T (no ecología profunda), que deriva su nombre de la cabaña (en Tvergastein) en la que desarrolló su propia y personal ecofilosofía. Es en base a la ecosofía T con lo que él personalmente apoya los principios de la plataforma del movimiento de ecología profunda.

Naess intenta lograr que su visión totalizadora pueda ser estudiada planteando una norma única, ¡Auto-realización! El tuvo influencias de Spinoza, del Budismo y de Gandhi. La auto-realización se interpreta como "¡Auto-realización para todos los seres!". Los puntos de exclamación son utilizados para recalcar que ésto no es una mera descripción, sino que se refiere a algo que debería suceder. Naess cree que a norma es la base de su propia ecosofía. Incita a que otros desarrollen sus propias ecosofías basadas en sus propios puntos de vistas fundamentales. La auto-realización para los humanos -dice- puede realizarse de variados modos. Su propio enfoque consiste en extender su sentido de identificación a un sentido más amplio del Uno Mismo. Los seres humanos poseen esta capacidad en forma natural, y ésta atraviesa las culturas, como Naess y otros han observado. Tenemos la capacidad de conectarnos con un sentido mucho más extenso del Uno Mismo, que trasciende al ego, podemos ampliar el enfoque de nuestro sentido de identificación más allá del ego, que es lo que por lo general hacemos, para abarcar una esfera más extensa de relaciones. No nos es difícil identificarnos con otros seres vivientes. De hecho, somos capaces de poner en práctica y de cultivar esta capacidad y una de las formas para lograrlo consiste en ampliar el ámbito de nuestros cuidados y de nuestro cariño. Existen diversas maneras de explorar este Uno Mismo ampliado.

Muchos otros autores han desarrollado ecosofías bastante semejantes a la de Naess, basadas en la idea de expandir la conciencia y el amor hacia un Uno Mismo ecológico más amplio. Sin embargo, otras personas que apoyan al movimiento de ecología profunda tienen ecosofías que no parten del imperativo de auto-realización. Tanto Warwick Fox como Alan Drengson han observado que la ampliación del Uno Mismo y la idea del Uno Mismo ecológico coinciden de muchas maneras con los trabajos sobre psicología transpersonal. Fox denomina ecologías transpersonales a este tipo de ecosofías de la auto-realización. La Teología de la Creación planteada por Matthew Fox (que tiene una larga historia como tradición minoritaria en el Cristianismo) es una ecología transpersonal bajo la forma de filosofía y práctica cristianas, que encuentra que se revela el principio de Cristo y del poder del amor en la creación continua del mundo. Es ésto lo que tendríamos que reverenciar. Esto nos lleva a un sentido expansivo del Uno Mismo.

La ampliación de la identificación del uno mismo ha sido criticada desde diversos ángulos por otros autores que apoyan los principios de la plataforma del movimiento de ecología profunda. Algunos prefieren no basar sus premisas últimas y su ecosofía en una concepción ligada al uno mismo, y ponen énfasis en el ser social, en ciertos casos, o bien hacen resaltar cómo en nuestras tradiciones el sentido de identidad se desarrolla en las mujeres en forma diferente a la de los hombres. En este sentido, algunos de los que apoyan el movimiento de ecología profunda son ecofeministas, otros son ecologistas sociales, otros cristianos.

Ningún partidario del movimiento de ecología profunda está contra los seres humanos, como se suele señalar. Algunos ambientalistas vociferantes que pretenden apoyar al movimiento han tenido expresiones orales o escritas de tipo misantrópico. No tienen una explicación de cómo tales declaraciones pueden ser consecuentes con un compromiso con el principio número uno de la plataforma que reconoce el valor inherente de todos los seres, incluyendo los seres humanos. Los partidarios del movimiento de ecología profunda lamentan las declaraciones y las acciones antihumanas. Son partidarios de una no violencia de tipo gandhiana, tanto de palabra como de hecho. Arne Naess dice apoyar los movimientos ecofeministas, de ecología social, de justicia social, bio-regionales y los en pro de la paz. Los principios de la plataforma del movimiento de ecología profunda son lo suficientemente amplios como para incluirlos.

Otra disputa se ha centrado en la crítica al antropocentrismo ofrecidos por algunos partidarios del movimiento de ecología profunda. El "antropocentrismo" tiene una serie de significados distintos y no hay que permitir que los malentendidos verbales sean motivo de divisiones. Cuando defendemos a nuestros seres queridos o nos sentimos más conmovidos por el sufrimiento humano que por el sufrimiento de otros seres, estamos actuando como descendientes, padres, amigos, amantes, etc. Se puede apoyar al movimiento de ecología profunda y ser consecuente con tales sentimientos. Lo que si es una inconsecuencia es negarse a reconocer el valor inherente de otros seres hasta el punto de estar dispuesto a permitir la explotación inmisericorde y la destrucción de formas de vida puramente para conveniencia y ganancias de los humanos. El antropocentrismo como sesgo contra otras formas de vida no reconoce que somos parte de aquellas vidas y que ellas son parte de la nuestra. Nuestra identidad humana, en el sentido más profundo, no puede ser separada de la tierra de la cual hemos salido. El antropocentrismo está equivocado cuando pone énfasis en "¡lo humano primero!" no importa cuáles sean las consecuencias para los demás seres. Cuando exploramos nuestro propio ser ecológico, describimos nuestras afinidades con otros seres como parte de nuestra humanidad. Una vez más, ésto nos señala que los principios de la plataforma se refieren al valor intrínseco de todos los seres, incluso los humanos. Los partidarios de la plataforma del movimiento de ecología profunda tienen el compromiso de reconocer y respetar tanto en las palabras como en los hechos el valor intrínseco de los seres humanos y de los demás seres. Esto nos lleva a acciones que minimizan nuestros propios impactos en las comunidades ecológicas y en otras culturas humanas.

En la aceptación de los principios de la plataforma del movimiento de ecología profunda está involucrado el respeto a los valores intrínsecos de la riqueza y la diversidad. Esto a su vez conduce a una crítica de la cultura industrial. Esta crítica a la cultura industrial es amplia y traspasa las fronteras culturales. Se presenta desde una variedad de lugares, tanto dentro como fuera de la cultura industrial. En parte es en base a esta crítica que surge el apoyo a los pueblos indígenas. Lo esencial de esta crítica es lo siguiente:

La cultura industrial se representa a sí misma como el único modelo aceptable de desarrollo. Sin embargo, la aplicación de este modelo y de sus sistemas financiero y tecnológico a todos los rincones del planeta desemboca en la destrucción del habitat, la extinción de especies, y la destrucción de culturas indígenas. La crisis de la biodiversidad tiene que ver con la pérdida de especies críticas que desarrollan funciones biológicas necesarias y también con la pérdida de una multitud de otros valores que son buenos en sí y que dependen de la preservación de la diversidad natural y de los procesos evolutivos silvestres. La sociedad industrial es una monocultura en cuanto a agricultura y silvicultura y en todas las demás formas. Sus modelos de desarrollo consideran a la Tierra solamente como materia prima que debe utilizarse para satisfacer el consumo y la producción, para cubrir no sólo las necesidades vitales sino que los deseos desmedidos cuya satisfacción requiere un consumo cada vez mayor. Sus monoculturas destruyen la diversidad cultural y biológica, ambas buenas en sí mismas.

Si no aceptamos el modelo de desarrollo industrial, entonces ¿qué?. El respaldo de los principios de la plataforma de la ecología profunda nos lleva a ocuparnos de las ecosofías de los pueblos aborígenes e indígenas para aprender de ellos valores y prácticas que pueden ayudarnos a vivir en forma sabia en lugares vecinos. También aprendemos de la sabiduría de nuestros lugares y de los muchos seres que habitan en ellos. Al mismo tiempo, los valores ecocéntricos implícitos en la plataforma nos llevan a reconocer que todas las culturas humanas tienen un mutuo interés en ver que la Tierra y su diversidad continúen por su propio bien y porque la amamos. La mayor parte de las personas quieren florecer y realizarse a si mismos en armonía con los otros seres y culturas. ¿Será posible desarrollar entendimientos comunes que nos permitan trabajar con la civilidad en busca de armonía con otras criaturas y seres? Los principios de la plataforma de la ecología profunda son un paso más en esa dirección. El respeto por la diversidad nos lleva a reconocer aquellas formas de sabiduría ecológica que se desarrollan de modo específico respecto al lugar y el contexto. Así, los partidarios del movimiento de ecología profunda ponen énfasis en la sabiduría ecológica específica de lugares específicos y en las prácticas de la tecnología vernacular. No hay ninguna filosofía ni tecnología que puedan ser aplicables en todo el planeta.

En Occidente se observa un renacer de las prácticas cristianas que apoyan la ecoteología basada en una espiritualidad que reverencia la Creación. Este fermento, junto con los nuevos paradigmas ecocéntricos influidos por la ecología en terreno y la principal ciencia límite ha llevado a autores como Thomas Berry a intentar diseñar un "nuevo cuento" como base para las iniciativas occidentales, dirigida a crear una sociedad con una ecología sabia y armoniosa. Todos estos esfuerzos pueden considerarse como compatibles con el apoyo a los principios de la plataforma del movimiento de ecología profunda, con quizás algunas pequeñas modificaciones.

El bio-regionalismo es una forma activa de apoyo al movimiento de ecología profunda. El Proyecto de las Tierras Silvestres, el Proyecto de Arne Naess para Trabajos escogidos, los programas educacionales del Instituto de Ecosilvicultura, son todos ejemplos de la aplicación de principios del movimiento de ecología profunda que van en apoyo de la preservación y restauración de la biodiversidad.




Artículo escrito por Alan Drengson y publicado en http://www.ecosistemas/


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